Y en menos de un instante… todo
cambia. Dejamos el pasado atrás, y nos lanzamos hacia lo desconocido: nuestro
futuro. Partimos hacia lugares remotos para intentar encontrarnos a nosotros
mismos. O, intentamos perdernos explorando placeres más cerca de casa. Los
problemas empiezan cuando nos negamos a aceptar los cambios, y nos aferramos a
viejas costumbres. Pero si nos aferramos demasiado al pasado, puede que el
futuro no llegue nunca.
Hay días en nuestra vida, que nos
cuesta sonreír; en que las horas no pasan como de costumbre, sino que pesan,
duelen. Y la reflexión y la confusión, no te llevan a ningún lado.
Es como si nuestra alma, se hubiera
ido fuera de nosotros. Que no encontráramos dentro nuestro, ningún espacio
donde exista paz.
Y preguntamos ¿por qué tener que
sufrir en la vida?, para luego comprender que: Sufrir es aprender; y
aprendiendo, se empieza a crecer; y creciendo, a sentirse mejor; y al sentirse
mejor, se puede mirar hacia atrás; y mirar hacia atrás, es como ver una escena
ya terminada. Todo termina, algún día.
Y se puede mirar hacia adelante,
para comenzar nuevamente. Y cuando se llega a ese momento, es posible abrazarse
a uno mismo, encontrarse y sonreír.
En la vida, hay muchos momentos
difíciles, pero todo termina algún día, y las horas se llenan de luz y de vida,
y el viento comienza a soplar a tu favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario